Toqué en un artículo anterior aspectos imprescindibles que debe comprender una persona que forma (o desea formar) parte de la confraternidad de Narcóticos Anónimos, así que, por pedido de los lectores, he escrito una nueva opinión sobre el tema.
El programa de NA es espiritual, no religioso; pero eso se dice referente solo al programa en sí, más no hacia el ser individualizado en un proceso personal de recuperación. La persona individualizada sí puede ser religiosa, y los adictos pueden formar parte de NA sin importar que tengan o no religión. La naturaleza de la creencia espiritual es aquella que determinará la forma de orar y meditar en el adicto.
En NA respetamos las creencias de los demás; es decir, se respeta la fe individual que profese cada uno de los miembros, pues nos recuperamos en un ambiente de aceptación y respeto por las creencias de los demás.
Sobre las prácticas de fe, el libro Solo por hoy, del 5 de julio, nos dice: “Algunos asisten a oficios religiosos, otros cantan [alabanzas]. Algunos se sientan en silencio o hablan con lo que [sea que] esté arriba; otros encuentran una conexión espiritual en comunión con la naturaleza”.
Y gracias a la página 8 del folleto de Información Pública N.º 29, rechazamos enérgicamente cualquier tipo de acoso, amenaza o comportamiento problemático antes, durante o después de nuestras reuniones, sobre insinuaciones religiosas no deseadas. Esto se hace, más que nada, porque “así como nadie puede recuperarse por otro, tampoco puede la espiritualidad de nadie sustituir a la espiritualidad de otro” (parafraseando el libro Solo por hoy, del 14 de febrero).
Acerca de Dios, el programa, sin embargo, no nos dice nada sobre lo que tenemos que pensar de ese Poder. Es decir, que los miembros pueden creer en la Santísima Trinidad, o Krishna, o en Alá, o la santería, o ser ateos, judíos, etc. (en mi caso, yo soy un católico apostólico romano). No obstante, el programa de NA dice que el Dios bondadoso en el que llegamos a creer es infinito.
Esto que escribo no es más que mi interpretación personal, obtenida durante casi 11 años limpio, pues en el transcurso de la recuperación cada uno llega a su propia interpretación del programa.
Cuando uno de los miembros pasa el mensaje (por medios como radio, prensa escrita, etc.), este mensaje, de alguna manera, está ligado a su personalidad y a su interpretación, ya que en NA no estamos limitados por diferencias individuales de fe o filosofía.