En la actualidad, Portoviejo atraviesa una etapa de transformación urbana y social que demanda una participación ciudadana más dinámica, inclusiva y preparada.
En este contexto, los consejos barriales desempeñan un papel crucial como espacios de organización, planificación y resolución de problemáticas locales. No obstante, su estructura y funcionamiento requieren ser repensados y revitalizados para responder a los desafíos actuales. Esta renovación debe venir de la mano con una estrategia clara, la integración activa de jóvenes con formación académica y liderazgo social.
Los jóvenes de nuestra ciudad, muchos de ellos estudiantes o profesionales recién graduados, poseen una visión crítica, habilidades técnicas, sensibilidad social y una formación integral que les permite aportar de manera efectiva en la toma de decisiones comunitarias. Tienen conocimientos sobre participación ciudadana, desarrollo sostenible, planificación estratégica, tecnologías de información, gestión de proyectos y políticas públicas. Este potencial no debe desaprovecharse ni quedar relegado a roles secundarios.
Hoy más que nunca, necesitamos una participación juvenil estructurada y empoderada dentro de los consejos barriales, no solo como observadores o colaboradores eventuales, sino como agentes activos con poder de propuesta y ejecución. La academia debe extenderse más allá del aula y aterrizar en el territorio, y los consejos barriales son el espacio idóneo para aplicar este conocimiento al servicio del bien común.
Esta propuesta no busca reemplazar a los líderes barriales tradicionales, cuya experiencia y vocación son valiosas, sino sumar fuerzas y capacidades complementarias. Se trata de fomentar un modelo de cogobernanza, donde la experiencia y el conocimiento técnico se encuentren para generar propuestas más sólidas, inclusivas, sostenibles y eficaces.
Portoviejo tiene en su juventud una fuente inagotable de innovación, compromiso y energía transformadora. Es momento de que las autoridades locales, instituciones educativas y sociedad civil impulsen políticas y mecanismos que promuevan la participación juvenil académica en los espacios barriales. Apostar por los jóvenes no es un favor, es una inversión estratégica para construir una ciudad más justa, moderna y participativa.
La verdadera transformación de Portoviejo no vendrá únicamente de grandes obras ni de discursos políticos, sino del fortalecimiento del tejido social desde sus bases. Los jóvenes no deben esperar a que se les dé permiso para participar; deben ser convocados, formados y respaldados en su deseo de cambiar su entorno. Es tiempo de apostar por una participación ciudadana inteligente, propositiva y diversa, con juventud que no solo sueñe con un mejor futuro, sino que lo construya desde ahora.