El conflicto entre Israel y Palestina es uno de los más prolongados y complejos del mundo.
Sus raíces se remontan al siglo XIX, con el surgimiento del sionismo, movimiento político que buscaba establecer un hogar nacional judío en Palestina, entonces bajo control del Imperio otomano. A ello se sumó la inmigración judía, impulsada por la persecución en Europa, lo que generó tensiones con la población árabe local.
Tras la Primera Guerra Mundial, el Mandato Británico de Palestina (1920-1948) fue escenario de enfrentamientos. En 1947, la ONU propuso un plan para crear dos estados, uno judío y otro árabe, con Jerusalén bajo control internacional. Los judíos aceptaron; los árabes lo rechazaron, al considerar injusta la distribución territorial.
En 1948, la declaración de independencia de Israel desató la primera guerra árabe-israelí. Israel resistió, amplió su territorio y más de 700.000 palestinos huyeron o fueron expulsados. Siguieron varias guerras (1956, 1967, 1973); en la de los Seis Días (1967), Israel ocupó Cisjordania, Gaza, Jerusalén Este, los Altos del Golán y el Sinaí (devuelto a Egipto en 1979).
Hubo intentos de paz. Los Acuerdos de Oslo (1993) crearon la Autoridad Nacional Palestina y ofrecieron esperanza de una solución de dos estados. Pero el proceso se estancó por la expansión de asentamientos israelíes, la violencia de Hamás y la desconfianza mutua. En 2007, Hamás —considerado grupo terrorista por varios países— tomó el control de Gaza tras enfrentarse a Fatah, que gobierna en Cisjordania.
En los últimos años, Gaza ha sido escenario de guerras. El 7 de octubre de 2023, durante Simjat Torá, Hamás atacó el sur de Israel y mató a más de 1.400 personas. Israel respondió con bombardeos e invadió Gaza el 27 de octubre. Alega defensa propia ante los cohetes, mientras organismos internacionales denuncian el uso excesivo de la fuerza y el bloqueo. La ocupación de Cisjordania persiste con asentamientos contrarios al derecho internacional, según la ONU.
El conflicto también involucra a Irán, que apoya a Hamás y Hezbolá, y a Estados Unidos, aliado de Israel. Algunos países árabes, como Emiratos Árabes Unidos y Marruecos, han normalizado relaciones con Israel, lo que Palestina considera una traición.
Es un conflicto marcado por historia, religión, poder y nacionalismos. La paz exige reconocer los derechos legítimos de ambos pueblos y construir una convivencia basada en respeto mutuo.