La recaptura del conocido e intensamente buscado Adolfo Macías Villamar (a) Fito, líder del oficialmente calificado como grupo de delincuencia organizado (GDO) “Los Choneros”, ha dejado de ser noticia nacional.
Ha traspasado sus crímenes al ámbito internacional al haber afectado con sus fechorías la seguridad de otros países como los Estados Unidos, donde se lo espera para formularle siete cargos que podrían significarle penas de diez años hasta prisión perpetua.
Bien por el país, pero no hay que caer en la novelería, como el júbilo demostrado por el Gobierno nacional por el apresamiento de “Fito”, porque, si bien acontecimientos como este no se han dado muchos en el país, hay que obrar con sensatez y madurez. Si realmente destaca como gran logro –digno de felicitar– el apresamiento del delincuente más buscado, se presenta la incógnita sobre el futuro del reo, por quien se ofreció hasta un millón de dólares por informes que condujeran a su captura. Dadas las experiencias vividas, su custodia representa ahora un tremendo desafío, más si, como se especula, podría colaborar con la justicia estadounidense para rebajar su posible pena.
Y aún están frescos los recuerdos de la fuga de Rolando Federico Gómez Quinde (a) Fede, cabecilla del GDO “Los Águilas” –ahora el más buscado–, sucedida recientemente y supuestamente con la colaboración de sus propios carceleros y vigilantes: militares, policías, personal civil; que ha revivido la expectación general sobre la eficiencia de la seguridad dentro de las penitenciarías. Baste citar un meme en el que se grafica, con sarcasmo, la fuga del uno y el apresamiento del otro: sale “Fede” y entra “Fito”.
Se ha mencionado, desde la misma Presidencia de la República, la probable extradición del tristemente célebre reo “Fito” a Estados Unidos de Norteamérica, pero aún no hay señales de petición alguna. Y por el énfasis del mismo presidente Daniel Noboa, desde el exterior, la espera incomoda. Y la permanencia de “Fito” en Ecuador pareciera desesperar al Gobierno.
Y volviendo al minuto de gloria vivido, estimo que la algarabía interna empuja a lo que me permito considerar errores –o por lo menos ligerezas–, como aquello de hacer oficial una foto del delincuente escoltado por los principales de los dos ministerios responsables de la seguridad nacional: los del Interior y de Defensa. Qué lija la de “Fito”. Y otro: hacerse público que la pista para la captura del líder de “Los Choneros” la dio el seguimiento a uno de sus lugartenientes, el funcionario de la Agencia de Tránsito de la municipalidad de Manta. Probablemente deberá ahora contar con seguridad especial. Es obvio.
Esta historia continuará.