En los albores del año 1961, un 11 de mayo se empezaba a escribir una de las páginas doradas de la educación en el cantón Portoviejo, gracias a la labor del ministro de Educación de aquel instante, el Dr. Gonzalo Abad Grijalva.
Mediante acuerdo ministerial No. 616, la novel institución recibe el nombre del insigne poeta y maestro don Horacio Hidrovo Velásquez. Las labores educativas empezaron con 200 estudiantes repartidos en 6 grados, siendo la primera directora la señora Ena Alí Guillén Vélez, empezando el camino arduo y fecundo de posicionar a la escuela como una de las mejores en el cantón.
El 6 de octubre de 1968, cuando funcionaba en las calles Chile y Alajuela, un voraz incendio destruyó la infraestructura, pero no desvaneció el temple y las ganas de seguir elevando peldaños al plantel educativo, gracias al esfuerzo mancomunado de directivos, profesores y padres de familia.
Una vez repuestos de aquel suceso, aparece en la memoria el 16 de abril de 2016, cuando el terremoto de 7,8 en la escala de Richter hizo su estela de destrucción y muerte en Manabí y Esmeraldas. Nuestra escuela sufrió las consecuencias y el bloque de aulas principal fue demolido, teniendo que funcionar durante 8 años en la ciudadela Los Bosques.
Hoy hemos vuelto con más fuerzas y con la determinación de ser esa tea que ilumina la idea en la niñez y juventud de Portoviejo y sus parroquias. Volvimos a nuestra dirección de siempre, Francisco de P. Moreira entre avenida Manabí y García Moreno, aquella que estuvo acostumbrada a ver desfilar cientos de niños y jóvenes ávidos de llegar a su templo del saber.
El nombre Horacio Hidrovo Velásquez no solo honra a una figura destacada de la literatura y cultura manabita y ecuatoriana, sino que también inspira a continuar el camino de la enseñanza con pasión y creatividad. Su legado se refleja en cada proyecto educativo, en cada reconocimiento estudiantil y en cada esfuerzo por brindar una educación inclusiva y de calidad, sin dejar de lado el privilegio que tenemos algunos de haber sido exalumnos y ahora docentes.
Hoy, más que una celebración, este aniversario representa un compromiso renovado con la educación pública, con la equidad y con la formación de ciudadanos críticos, éticos y solidarios. La escuela Horacio Hidrovo Velásquez reafirma su misión de seguir educando con calidad y calidez, siendo un faro de esperanza para las futuras generaciones.