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PROBLEMA
Poca fiscalización a casas del Miduvi incide para trampas de contratistas
TÉCNICA En Chone, en la ciudadela Jorge Gallardo, varias casas sufrieron la caída de sus pilares; los afectados denunciaron que la varilla utilizada era de 6 y 8 milímetros aunque las especificaciones señalan que debe ser de más grosor

Dorys Solórzano Vera, habitante de la ciudadela Jorge Gallardo, de Chone, se quedó sorprendida cuando vio que a su casa, que estaba en proceso de construcción, se le cayó una de las columnas.

Miércoles 26 Noviembre 2008 | 17:45

A tres vecinos más, beneficiarios del bono de la vivienda del Miduvi, les sucedió lo mismo por lo que reclamaron a Joaquín Arteaga, el contratista. En la ciudadela Los Rosales, de Portoviejo, también hubo problemas pero por la mala calidad del techo. En Paján fue igual, lo mismo que en Machalilla (Puerto López), Rocafuerte y El Carmen. Denuncias aumentan Caso como estos se suman en todo Manabí, provincia donde la mala calidad de las viviendas empezó a salir a relucir en boca de los afectados quienes llegan cada día hasta las oficinas de la Dirección Provincial del Miduvi a denunciar. Justamente ayer mientras el director provincial, Yandri Brunner, daba declaraciones a los medios de prensa, llegó una delegación de El Pueblito de Charapotó a quejarse de la mala calidad del zinc que, aseguraron, no resiste el ambiente salino de la zona. También pedían estructuras más firmes que aseguren las hojas de zinc. Poco control Bruner reconoció que la poca capacidad de controlar la construcción de las viviendas han incidido para que se incremente el problema. Señaló que en este gobierno se han construido 10.000 viviendas y están en ejecución 16.000 más. Para realizar la fiscalización a todas cuentan con 36 técnicos de carrera del Miduvi quienes se deben trasladar a cada lugar, levantar fichas y hacer múltiples acciones que a veces no les alcanza el tiempo, dijo. Ante ellos, unos 10 “malos contratistas” se aprovecharon y empezaron a bajar la calidad de los materiales, algunos no cumplieron las especificaciones técnicas, como en el caso de la ciudadela Los Rosales donde el espesor del zinc está por debajo de lo que dice el contrato. En esa ciudadela el constructor fue Marcos Morán y el fiscalizador Freddy Intriago. Con el contratista no volverán a hacer negocios, dijo, mientras que Intriago recibirá una sanción (que no la hizo pública), por cuanto no avisó a tiempo lo que sucedía con la calidad del material utilizado para el techado. En el caso de Chone el contratista Joaquín Arteaga ya ingresó a la lista de los cuestionados y el fiscalizador Joaquín Loor está en observación. Los contratistas también han abusado porque la posibilidad de control que tiene el Miduvi es muy limitada, y lo que hace es incluir a los incumplidos en una lista para no volverlos a contratar y a hacerles efectivas garantías económicas, lo cual hasta ahora sólo ha quedado en teoría. No hay seguimiento penal, dijo Yandri Brunner. Así con las reglas del juego a su favor algunos contratistas empezaron a jugar con la cifra y los materiales, con la posibilidad de tener más rentabilidad en la construcción de viviendas en las que miles de familias han puesto sus esperanzas de vida digna. Walter Chávez, contratista del Miduvi, dijo que no se debe estigmatizar a todos ya que en la provincia hay más de 400 calificados y los que están quedando mal son unos diez. Para trabajar con el Miduvi no les exigen mayores requisitos. VERSIóN Marilyn Arteaga, moradora de Los Rosales, dijo que el constructor Marcos Morán les dijo que el zinc se lo cambió la ferretería y por eso salió de mala calidad. INSPECCIÓN Miguel Vélez, a cargo de la parte eléctrica de las casas en Los Rosales, dijo que aún hacen adecuaciones para la entrega oficial de las viviendas. 4.000 dólares Recibe el contratista por una casa en el sector urbano y 5.000 por una del área rural y marginal. 26.000 viviendas Construirá el Miduvi hasta fin de año, de esas ya 10.000 están habitadas y 16.000 en ejecución. AVANCES EN DESCENTRALIZACIÓN Los contratistas tienen una utilidad del 15 por ciento del valor de la casa. En el caso de las casas urbanas, el costo es de 4.000 dólares es decir recibe 600 dólares por cada una. mientras que en la rural y urbano-marginal de 5.000 dólares, recibe 750 dólares. Con lo que recibe para las casas debe comprar material, pagar a los trabajadores y contratar la instalación eléctrica con otro profesional. El constructor no entrega ninguna factura o detalle de los costos que tiene y puede gastar lo que desee. El único que puede controlar si está comprando lo establecido en las especificaciones técnicas es el fiscalizador quien también es responsable de lo que suceda. Para hacer un mejor control, el Miduvi decidió contratar a 100 profesionales que se encargarán de realizar la fiscalización. Ellos ganarán el 3,5 por ciento del monto de la obra. Los dueños de las viviendas deben firmar un acta de entrega recepción. Si no están conformes pueden negarse a firmar.
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