Durante la novena llegaron dos devotos (los ayudantes de la Basílica Menor de Montecristi) a tomar las medidas de la imagen para mandar a confeccionar las prendas. Uno de los mantos lo donó un feligrés de Chone y el otro lo envió un montecristense radicado en Venezuela. Ellos quieren que la vestimenta la luzca durante la procesión y en el último día de la novena. En el novenario la Virgen de Monserrate recibió 7 mantos. Diariamente la visten con entre 6 y 10 prendas de distintos colores y modelos. “Escogemos los que recién donan por pedido de los devotos”, señaló Verónica Delgado. Pero mantos y capas no es lo único que recibe la imagen que fue obsequiada por el emperador Carlos V, en el siglo XVI. También entregan arreglos florales, ofrenda económica, fotografías pidiendo un milagro y otras reliquias que dejan en el santuario como muestra de agradecimiento. Ofrendas El sacerdote Geovanny Mera, encargado de la parroquia, señaló que la Virgen recibió aretes, collares, dijes, coronas “y muchos agradecimientos por los milagros concedidos”. Según el historiador Wilfrido Loor Moreira en su libro “Manabí desde 1822” en 1751 ya existía en Montecristi la cofradía de Nuestra Señora de Monserrate. Las mandas acumuladas, en sucesivas generaciones, fueron muchas, entre las que se pueden destacar: arboledas de cacao en Bonce, Calceta, Montaña de Mosca (Junín) y tierras para cultivos en diversos lugares de la provincia y el país. Además, 10 mil cabezas de ganado vacuno que estaban en el sitio La Pila de Montecristi. La riqueza contribuyó a vender a precios bajísimos la carne y productos lácteos a los pobres de la provincia. Con la República, en 1830, los gobernantes tomaron el ganado de los particulares y de las cofradías para alimentar a las tropas.