Víctor García, de 24 de Mayo, caminó el martes desde las 12h00 hasta las 18h00 de Portoviejo a Montecristi. Iba acompañado de sus padres y hermanos. A García y sus familiares no les importó el fuerte sol que hizo ese día. “A mi madrecita no le debo fallar porque curó a mis padres cuando estaban enfermos. Le rezamos con fe y nos cumplió”, dijo mientras descansaba en la escalera de la Basílica Menor y escuchaba la música que entonaba la banda de Montecristi. José “El Paisa” Salazar caminó desde las 16h00 a 19h00, desde el barrio Jocay de Manta. Salazar, armador pesquero de Manta, estuvo preso tres años. “En la cárcel rezaba mucho por volver a mis actividades pesqueras normales. Me cumplió y hoy estoy aquí, pero después volveré para adorarla”, dijo. Leonardo Castro, de Jaramijó, llegó a pie el domingo por la madrugada. Lo hizo para pedirle a la Virgen de Monserrate que cuide a su esposa que está embarazada y que el niño salga bien de salud. Son los rostros de la fe que cada año caminan al santuario de Montecristi.