Actualizado hace: 931 días 19 horas 14 minutos
Jaime Ugalde Moreira
Bañando cerdos

“Están bañando un cerdo”. La frase se la escuché a un hombre hace unos años en el estado de Nuevo León. Fue en su capital, Monterrey, una ciudad ubicada en el noreste de México.

Miércoles 19 Noviembre 2008 | 21:51

El ciudadano se refería a los presidentes del continente que estaban reunidos en esa localidad. Vale decir, una de las zonas más industriales y ricas de esa nación. Me acerqué al mexicano a preguntarle lo que quería decir y me explicó que su abuelo le repetía que: “el que baña un cerdo pierde el tiempo, el agua y el jabón”. Al caballero le parecía que no tenía sentido la reunión de los mandatarios, pensaba que no había razón para hacer un despliegue de seguridad y prensa, así como el gasto de dinero para escuchar los discursos, que según expresaba, no tendrían aplicación. La razón estaba con él, y la forma de expresar su punto de vista arrancó más de una reflexión. En Manabí también hay quienes bañan cerdos. Lo peor de todo es que muchas veces nos hacen apreciar el duchazo. Aún más duro: usan nuestra agua y jabón… Los administradores públicos gastan fuertes cantidades de dinero y ocupan un gran espacio del tiempo de la burocracia desarrollando reuniones, planificaciones y en algunos casos pagando consultores para desarrollar agendas de desarrollo, planes estratégicos, compromisos, mancomunidades, etc. Y no es que estos instrumentos no sean positivos para visualizar y encontrar el camino a seguir. Sí lo son. Por lo menos deben serlo. Lo que ocurre es que en nuestra provincia estos instrumentos no son usados y por lo tanto no se ven las concreciones. Esto pasa porque existe poco espacio para el seguimiento, la evaluación y la corrección. Nuestros administradores son tan brillantes que organizan talleres y ejecutan planes cuando sus periodos están concluyendo. Luego, cada vez que llega un nuevo funcionario, considera que el trabajo no está bien hecho y vuelve a invertir en programas similares. Así, los instrumentos y las instancias que deberían ser valiosas pronto pasan a los archivos o recipientes de basura. Las agendas de desarrollo y los planes de desarrollo, se han constituido en listados de buenas intenciones. Nada más. También se incluyen en este listado las mancomunidades como la del Rio Portoviejo, y las iniciativas como la del Área Metropolitana Eloy Alfaro. Las ideas y reuniones han sobrado. No hay concreciones. Es de esperar que ahora exista continuidad. Más allá de los nombres de los administradores, es preciso que se concreten los planes, que ya no existan más burlas a quienes acuden a las reuniones y talleres para compartir sus criterios y sugerencias. Es el momento de no bañar más cerdos. De no desperdiciar el tiempo y los recursos de todos. "No hay que jugar con el tiempo y los recursos de todos"
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