Y tuvimos la oportunidad de saludar y abrazarnos, con buenos amigos, conocedores, expertos casi, con quienes comentamos acerca de la rica variedad que el catador nos ofreció: Johnnie Rojo, Negro, Verde, Dorado, Azul. ¡Qué delicia, ñaño! Con el doctor Carlos Vélez Rezabala coincidimos en la necesidad de que eventos de ese tipo dejen de ser eso, eventos, que pierdan su cualidad de eventuales y se den con regularidad. No única ni precisamente catas; pueden ser muchas otras citas con la cultura, la tradición, nuestra y de otras latitudes, pero en sede portovejense, manabita. A diario, en el mundo, en general, pero en el Ecuador, en particular, se realizan actos programados como muestras, exposiciones, demostraciones, desfiles, exhibiciones, degustaciones… propuestas varias que apuntan a ponernos en contacto con lo que el mundo ofrece, y Portoviejo y Manabí suelen quedar fuera de esa órbita. De nuestra parte, también estamos en condiciones de armar programas de índole similar para ofertar nuestras bondades en las más diversas áreas, de lo artístico y cultural a lo productivo. Es cuestión de que nuestros artistas, promotores, empresarios, etc. lo decidan y lo ejecuten; saben que siempre encontrarán positiva respuesta del público y apoyo natural de los medios. Manabí se lo merece. ¿Verdad?