Antes de irse, el entrenador de 58 años de edad, asegura que tiene una serie de sentimientos encontrados. Está contento porque regresará a su país, donde se reencontrará con su familia y amigos.
Sin embargo, también está entristecido porque deja a sus alumnos y a muchas personas que conoció y que se ganaron su afecto.
Pérez, quien llegó hace tres años a dirigir la escuela de natación, a través de un convenio con Cubadeportes y Liga Cantonal de Manta, indica que se va feliz porque se hizo un buen trabajo, logrando que este deporte se afiance en la ciudad, y dejando a una nueva generación de nadadores que comienzan a cosechar triunfos. Señaló que durante su periodo estuvieron con él más de 100 niños. No obstante, sugiere que el deporte en la provincia debe tener continuidad, ya que lamentablemente, muchos deportistas se retiran por la falta de apoyo de los dirigentes, por lo que cree que se debe construir un gran centro deportivo en el cual se le entregue educación y salud a los atletas.
Pérez, quien gana actualmente tres veces más de lo que cobrará como entrenador en Cuba, señala que eso no le preocupa porque allá tiene muchas cosas gratis como la salud.