El propietario del local, Rolando Toala, no pudo justificar la posesión de los accesorios de vehículos, por lo que se cree que son de dudosa procedencia. Toala manifestó que el decomiso le deja un gran perjuicio económico y que en ese tipo de negocios no se entregan facturas. La policía informó que los controles a locales conocidos como “cachinerías” continuarán y se extenderán a las periferias, ya que tienen información precisa que en dichos sitios se expenden partes de vehículos robados. Los objetos decomisados permanecerán en las bodegas de la Policía Judicial hasta que se presenten las apelaciones. En el operativo también participó el fiscal Arturo Brito, representantes del SRI e Intendencia de Policía.