El último informe del IG advierte de que, con base a los estudios y al comportamiento histórico del volcán, "se puede concluir que la actual actividad eruptiva tiene como principal producto un flujo de lava que está descendiendo por el flanco sur" de la montaña. Esa actividad ya se registró en julio pasado, durante otro pulso eruptivo del volcán, que desde el año 2002 ha presentado varios periodos en los que su actividad aumenta. Después de ese pulso eruptivo, la actividad sísmica del volcán disminuyó, aunque no bajo del nivel considerado como normal, de unos 20 temblores leves internos por día. Sin embargo, el sábado anterior la actividad sísmica cambió con un incremento, sobre todo con sismos de "largo periodo" y un tremor o temblor "espasmódico", relacionados con el movimiento de fluidos dentro de la montaña. Asimismo, personal de un oleoducto estatal que cruza cerca del volcán, ha informado de un brillo de incandescencia en el cráter, que también se ha podido observar en las imágenes de canales de televisión. Además se ha informado de posibles emisiones de vapor de agua con algún contenido de ceniza y la expulsión de rocas candentes que salen del cráter y ruedan por la ladera sur del volcán. Pobladores de las localidades de El Chaco y Quijos, cerca de la montaña, han escuchado explosiones y han visto emisiones de vapor con bajo contenido de ceniza. Incluso un avión comercial informób sobre una nube de vapor y poca ceniza que exhaló el volcán en la mañana, y que, por el viento, se movilizó al noroeste, a una altitud de 7,6 kilómetros. Esa situación obligó a las autoridades del aeropuerto "Mariscal Sucre" de Quito a suspender esta mañana las operaciones por unas cuatro horas, hasta que se descartó el peligro por la posible contaminación por ceniza volcánica. El IG sostiene en su informe especial que mantiene una vigilancia constante y que instalará uevos equipos para observar el comportamiento del volcán. El Instituto asegura también que emitirá un nuevo comunicado si cambian las condiciones en la actividad del volcán. El Reventador, de 3.485 metros de alto, se encuentra en una estribación de la cordillera oriental de los Andes ecuatorianos, puerta de entrada hacia la Amazonía. Éste volcán y el Tungurahua, en el centro de la cordillera andina de Ecuador, son los más activos del más de medio centenar de volcanes que existen en el país. EFE