En Manta, a través de la Dirección de Tránsito y Transporte, el cabildo contempla la construcción de pasos elevados vehiculares en áreas con mayor afluencia de automotores, y de pasos peatonales en sitios donde cruzar una vía puede significar la muerte por la alta velocidad que los choferes imprimen a los carros. La inversión es alta, pero se justifica porque en ello va implícita la seguridad de los habitantes y conductores, que también deben aportar para el ordenamiento del tránsito a través del respeto a las leyes y normas, lo cual crea una convivencia urbana armónica. Y debe complementarse con la señalización y semaforización que siguen siendo mínimas frente al acelerado crecimiento que la ciudad ha experimentado en la última década, y que cogió desprevenidos a los administradores de la ciudad. Esto debe ir de la mano de la acción de la Policía de Tránsito, que a través de sus efectivos debe ejercer mayores controles y evitar que, quienes van al volante, sigan haciendo tabla rasa de la ley. La responsabilidad es de todos: autoridades, conductores y peatones. Ésta es la única manera de evitar accidentes con su secuela de dolor y sangre. El complemento municipal es, entonces, prioridad en la agenda del Gobierno. La gestión se impone, con estudios en mano, para conseguir el financiamiento que viabilice el plan de ordenamiento de la ciudad. "La gestión se impone para conseguir el financiamiento"