Los habitantes señalan que solo reciben una vez a la semana la visita del recolector de basura, además solo cuenta con el 50 por ciento del alumbrado público.
La mayor parte de los oriundos de esta comunidad se dedican a la pesca y a sembrar la tierra en temporada de invierno, arrendándolas y haciendo préstamos al banco o a personas que confían en su trabajo, pero sienten que no reciben la atención que deberían.
Inundaciones
Raúl Franco, de 72 años, tiene viviendo en esta comunidad 60 y le preocupa que el invierno siga golpeándolos de tal manera que el 60 por ciento de las casas quedan bajo el agua, y que no puedan tener un sistema de alcantarillado o de desagüe de las aguas lluvias para evitar su estancamiento y la proliferación de enfermedades.
Por su parte, Francisco Gallardo García manifestó que en la comunidad se sufre mucho por las escasez de agua, pues hay que hacer maravillas para conseguirla. Así mismo, el carro recolector de basura llega sólo los sábados y mientras tanto hay que recopilar la basura en pleno centro de la comunidad soportando los malos olores y que los animales hurguen en ella.