Confesó que la última agresión fue la “gota que derramó el vaso”. Cuenta que el jueves pasado, en horas de la mañana, le recomendó a su hija que no fuera a trabajar para que se quede al cuidado de uno de sus dos niños que se encontraba enfermo. “Por esa recomendación ella se me abalanzó y a punta de puñetes y aruñones me agredió. Además me insultó calificándome de prostituta”, aseguró. Pinargote afirmó que esa agresión no es la primera que soporta de su hija. “Son ya 8 años aguantando este martirio”, acotó. La denunciante expuso que padece de ataques epilépticos y de la pérdida de memoria.