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Pedro Vincent Bowen
La teoría de la cucaracha (I)

T res pretextos ha venido esgrimiendo TIDE para incumplir el contrato de concesión de Puerto Manta, que en este mes celebra dos añitos de risueña firma:

Domingo 02 Noviembre 2008 | 20:42

1.- La falta del fideicomiso por 55 melones de cholo-dólares en calidad de aporte del Estado; 2.- La ausencia de las navieras por temor a que sus barcos sean embargados por los juicios laborales de los estibadores; y, 3.- El pésimo estado de la vía Manta-Guayaquil. Comienzo diatrás p’adelante: ¿Acaso Hutchison, cuando propuso convertir a Manta en Puerto Internacional de Transferencia de Carga del Pacífico Sur, estuvo pensando en las carreteras manabitas? ¡Por supuesto que no! Los cálculos de Hutchison y las expectativas que se generaron estuvieron claramente basados en que nuestra terminal marítima se convertiría en una descomunal bodega temporal de la carga que vendría del Asia en buques gigantes. Y, desde aquí, distribuir los contenedores a los países vecinos en barcos medianos y pequeños. Nadie dijo entonces que los importadores-exportadores ecuatorianos fuesen el principal objetivo del puerto de transferencia. Por lo tanto, resulta absurdo y sospechoso echarle la culpa a las “malas carreteras” de la cuasi paralización de Puerto Manta desde que TIDE se hizo cargo de la concesión. Hablemos de los juicios de los estibadores contra las navieras: ¿Sabíais vosotros que los demandantes, por ser personas sencillas y desconocedoras de los vericuetos legales, “fueron por lana y salieron trasquilados”? Sí, queridos (as) fans. Hábiles picapleitos de guayabera blanca enredaron en una maraña de artimañas a 300 inocentes ex - trabajadores de los muelles (con la complicidad de ciertos “compañeros dirigentes”). Y no sólo que perdieron los juicios contra las navieras… si no que perdieron también su único patrimonio: el edificio de su sede social que habían construido con sudor y lágrimas a lo largo de más de 70 años de sacrificadas aportaciones. Se lo remataron “sus” abogados (por “honorarios”), dejándolos sentados en la vereda. Tal como lo estáis leyendo. Sin agregar ni quitar una jota. Tonces, la ausencia de las navieras nada tiene que ver con supuestos temores a los estibadores. No vienen por otras causas: Una, que algunitas (Maerks, por ejemplo) se han convertido en accionistas de Puerto Posorja que se está construyendo a trancos largos. Dos, que en APM hay vinculados con la única empresa naviera que opera en Manta. Por lo tanto… ¡fuera la competencia! Tres, la palpable incapacidad ejecutiva de TIDE para administrar y peor para desarrollar Puerto Manta. ¿No créis acaso, que dos años son más que suficientes como para haber iniciado siquiera las primeras etapas del megapuerto, en lugar de que su donjuanesco gerente se haya dedicado a viajar por tutili mundi y a bailar y hacer toples en cada pachanga que encuentre al paso, ah? (Continuará) "Ausencia de navieras nada tiene que ver con supuesto temor a los estibadores"
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