Ante la posibilidad de que se repitan las condiciones climáticas, la Secretaría Técnica de Gestión de Riesgos estableció la "colaboración de las Fuerzas Armadas de Ecuador como fuerzas operativas y está capacitando en el trabajo de campo a fuerzas como Cruz Roja, Defensa Civil o Policía", informó Cajas. Manifestó que también se fijó un mecanismo de política fiscal y de contratación para "contar con los recursos que se necesiten". Según ella, se llevan a cabo "planes de contingencia", de preparación ante cualquier eventualidad, en 86 cantones de la zona del litoral y se trabaja para fortalecer las "líneas de acción" y decisión de los Comités de Operaciones Emergentes provinciales. Asimismo, se determinaron los protocolos de actuación, "en base a la experiencia anterior, en el tema de entrega de alimentos, de agua y medicamentos" y se dio prioridad a un "plan de potabilizadoras de aguas en zonas estratégicas", añadió. Según la secretaria técnica, un aspecto novedoso es el diseño de "un programa de ocupación (para los afectados) durante el tiempo del desastre" y su estancia en los albergues. "Uno de los mayores problemas de cuando ocurre un desastre y la gente llega a un albergue es que se sienta y espera a que le den de comer, lo cual es complicadísimo porque no contribuye al desarrollo" y aumenta el malestar psicológico de los afectados, dijo. Para prevenir y agilizar la toma de decisiones, anunció que "están funcionando unas 'salas de situación' donde se recopilan datos específicos para que sirvan como fuente" de información, en nueve de las trece provincias afectadas en pasado febrero. "Ecuador es el quinto país a nivel mundial propenso a riesgos y desastres, es uno de los puntos calientes de los estudios internacionales, porque tiene todo", explicó Cajas a la prensa a la que pidió también colaboración. Hay "ocho volcanes activos, tenemos importantísimos sistemas de fallas sísmicas, una tasa de erosión altísima que hace que el país sea propenso a deslaves, deslizamientos de tierras y movimientos de magma y somos propensos a inundaciones", enumeró. "Ante esta realidad no podemos cerrar los ojos y seguir como si nada", declaró y añadió que "es por eso que es necesario elevar la gestión de riesgos a una política de Estado".