E ste es el caso típico de países en vías de desarrollo, en que la planificación, que debe ser el eje principal por el que se conduzca la política socioeconómica, justamente para superar esa etapa eufemística de “en vías de desarrollo”, para pasar a ser una colectividad en desarrollo, cumpliendo aquellos planes que como no puede ser de otra manera, son realizados a largos plazos, entendiéndose que la presentación y ejecución de los mismos no son del gobierno de turno, ni del mandatario en el poder, es la política del Estado que representa a todo un país que exige que una vez aprobados, financiados y comenzados a ejecutar estos proyectos se cumplan en toda la extensión de lo planificado para aprovechar los recursos invertidos que en innumerables ocasiones se desperdician al no estar finalizado un proyecto, y lo poco efectuado termina colapsándose.