Las autoridades rusas anunciaron que movilizarán unos 6.000 efectivos del orden para la final de la Liga de Campeones que enfrentará el 21 de mayo al Manchester United y al Chelsea en el estadio Luzhnikí de Moscú. "La final debe ser una fiesta del fútbol, pero todo dependerá del comportamiento de los hinchas británicos", aseguró Vitali Mutkó, ministro de Deportes y presidente de la Unión de Fútbol de Rusia (UFR). Por razones de seguridad, el Luzhnikí habilitará un total de 69.500 asientos, quince mil menos de su capacidad.