Ambas ciudadanas colombianas se encuentran desde el fin de semana asiladas en Nicaragua, pese a que tenían orden de arraigo. El pasado viernes el ministro de Gobierno, Fernando Bustamante, advirtió que las sobrevivientes podían abandonar el país, sólo si la Fiscalía lo permitía, ya que ambas estaban sometidas a una orden de arraigo dictada por el Ministerio Público. Ante esta situación, Alvear explicó que “jurídicamente no se podía evitar que las dos mujeres viajaran, como ocurrió el fin de semana, ya que contaban con un asilo político tramitado y concedido a través del sistema diplomático”. Dijo que “hay normas internacionales que prevalecen sobre las disposiciones legales y así tenemos el artículo 14 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas; y el artículo 22 de la Convención Americana de Derechos Humanos de 1969, que establecen que cuando se solicita un asilo territorial o diplomático, es el Estado que concede el asilo el que califica el hecho, si se trata de un delito político o común, eso ya es una vieja doctrina establecida desde hace muchos años”, precisó. En este sentido aclaró que al recibir el asilo diplomático las dos ciudadanas colombianas, al Gobierno de Ecuador solo le quedó facilitar un salvoconducto para que puedan abandonar el país, aún cuando, sobre ellas pesaba la orden de arraigo. “Nuestro Código Penal tipifica como infracción participar en actos de guerrilla y la acción penal pretende encontrar elementos configurativos”. En este sentido precisó que “vamos a continuar, el juicio penal, inclusive podemos pedir la extradición. Depende de lo que el Gobierno de Nicaragua nos invoque”, agregó, al tiempo que rechazó las versiones que advierten la fuga de las dos colombianas. Asiladas Pérez y Bohórquez se encontraban asiladas en el Hospital Militar de Quito y se recuperaban de las heridas que sufrieron durante el bombardeo de las fuerzas militares colombianas. Hace varias semanas, Nicaragua también concedió asilo a la mexicana Lucía Morett, quien junto a las dos colombianas fueron rescatadas por militares ecuatorianos tras la incursión.