Y como lo expedido por estos ilustres elegidos que se han adueñado de la voluntad ciudadana creyéndose solo ellos dueños de la verdad, amén de las disposiciones que impositivamente les ordena su emperador, son de cumplimiento obligatorio, omnímodas e inapelables, para qué llenarse la cara de granos con poner en el texto constitucional tal o cual norma o principio, si por el mecanismo de la imposición por mandato “la cosa es de alivio” y sin riesgo, y con las agallas que se gastan como lo han demostrado ya con ocho imposiciones obligatorias, no cabe duda que todo puede suceder. Es que muchos de estos “ilustres” menos optimistas que otros, están mirando que el país de maravillas que se ofreció y a diario se promete, no sólo que no está, sino que hemos retrocedido por lo menos cinco décadas y la miseria y el hambre se ha incrementado a niveles de peligro; y, el querer convertir o convencer a una población con regalías y mendrugos no es del todo confiable y muchas de las cantaletas donde se encontraban culpables más bien ya inciden en comportamientos dados por la propia militancia, y la corrupción que se ofreció combatir, es secreto a voces que se ha incrementado. La partidocracia a la que se satanizó como oprobiosa y culpable de casi todos los males que se dieron, se la incorporó en gran medida al carro gobiernista; y ya está haciendo en ciertos estamentos “de las suyas” y no es la llamada oposición que por ahora está “camuflada” la que denuncia su comportamiento, es la propia militancia gobiernista que no está en la teta, la que por cualquier vía hace conocer de sus “hazañas”. El referéndum será para incorporar como garantía constitucional temas como el disfrute sexual, dando espacio para que se sancione al cónyuge machista que de manera egoísta solo él se satisfaga, los derechos de la naturaleza, el cuento ya trillado de las autonomías, que como contrapunto ilusos o interesados quieren poner en el debate, mientras el gobierno con medidas y disposiciones contrarias a normas legales centraliza hasta la corrupción. De tal suerte que la llamada revolución ciudadana será impuesta porque no existe una verdadera democracia, sino que impera en el Ecuador un oportunismo político al que ya el país aunque sea de a poquito, lo está evidenciando. "La miseria y el hambre se han incrementado a niveles de peligro"