La preocupación ciudadana se evidencia en la serie de mediciones que se hace a nivel nacional y la inquietud es comprensible porque la tendencia al aumento de precios se implanta desde finales del año anterior, y se aceleró con los problemas invernales y de destrucción de vías en la Costa y ahora que se vive igual situación en la Sierra. A pesar que el fenómeno afecta a todo el planeta, la problemática requiere soluciones urgentes por parte del Gobierno y responsabilidad del sector privado, este último con una gran responsabilidad en la situación. Productos básicos en el país, los enlatados de atún y sardina y las grasas y aceites, han sufrido una variación de hasta el 40 por ciento, lo que deja un margen de duda en los consumidores. ¿Por qué esa desmesurada elevación? ¿No se piensa en los que menos tienen? Este complejo escenario urge respuestas correspondientes, entre ellas contar con una estrategia anti inflacionaria que incluya estímulos a la inversión y la moderación de presiones de demanda pública o privada de los artículos de primera necesidad. El presidente de la República dijo que la situación actual que se vive es “un problema de sistemas perversos de mala distribución de la riqueza de los bienes planetarios” y que "son las sociedades, nosotros los pueblos, los que tenemos que dominar, regular, controlar y dirigir esos mercados para alcanzar la seguridad alimentaria". De acuerdo a esto hay que empezar lo más urgente posible, porque el hambre de los pueblos es el peor enemigo de las naciones. "La problemática requiere soluciones urgentes"