El valor es de 10 dólares el saco y el cupo, según el instructivo, es de 2 sacos por hectárea, hasta diez hectáreas para cultivos de arroz y maíz duro y hasta cinco hectáreas para choclo, caña de azúcar, papa, trigo, cacao, banano y plátano. Como en ocasiones anteriores, largas colas se forman fuera de la entidad bancaria. Allí técnicos del Ministerio de Agricultura califican a los agricultores. Luego se hace el pago en ventanilla y con la factura de cancelación se retira el fertilizante de las bodegas de los silos de la Enac ubicadas en la avenida metropolitana Eloy Alfaro, vía a Manta. El gerente del BNF, Luciano Ponce, dijo que espera la colaboración de los dirigentes campesinos para que ayuden a controlar y transparentar el proceso. Es decir, evitar que se infiltren personas que se hacen pasar por agricultores para revender la urea. Ponce agregó que cualquier denuncia debe hacerse por escrito para las investigaciones pertinentes. Atención es lenta Así lo señalan quienes han llegado a hacer cola hasta el BNF. Juan Argencio, de la parroquia Charapotó, indicó que llegó al banco desde las cinco de la mañana y era casi el mediodía y todavía no lo atendían. Como siempre el proceso es lento, pero por la necesidad debemos esperar las horas que sean necesarias, dijo el agricultor. Ángel Franco, agricultor de Higuerón de Rocafuerte, quien llegó a las 4 de la mañana, dijo que espera conseguir por lo menos 10 sacos del fertilizante para las 10 hectáreas de arroz que ha sembrado.