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Melvyn O. Herrera C. | [email protected]
Trilogías

¿Se han percatado que casi todos las máximas, lemas y diversas situaciones de la vida se las expresa en trilogías?; recordemos: En nuestro Ecuador: Dios, Patria y Libertad; en el cristianismo: Padre, Hijo y Espíritu Santo; en la Masonería: Libertad, Igualdad y Fraternidad; la felicidad: Salud, Dinero y Amor; y así, podemos llenar este espacio, con todas las trilogías que nos hemos creado.

Lunes 05 Mayo 2008 | 18:39

Permítanme aportar un par de mi cosecha: Los ingredientes del “cóctel de la corrupción”, son otra trilogía: Sexo, Poder y Dinero. Cuando se juntan estos tres elementos, cuyo orden no es relevante, el producto no es otro, que la más abyecta corrupción. Sin que seamos victorianos mentales, trasladémonos a los diversos centros del Poder –no dejando de considerar los religiosos y peor políticos- donde implícitamente “flota” el Dinero, y si le agregamos –por lo regular- concursos de juventud femenina, minifalditas, ajustados jeans, pronunciados escotes, y ahora hasta las inquietantes “puperas” mostrando el ombligo femenino, antes un tabú; y en menor proporción, agreguemos juventud masculina, como en cierto clero de los USA., entonces, ya saben cual es el inminente resultado; en lo que -como en otras situaciones- quiero equivocarme. Empero, en lo que de modo alguno me equivoco, es en lo que también he recogido en mis andares, y vengo pregonándolo a quienes tienen la bondad de consultarme; la he denominado “La Fórmula del Éxito”, otra trilogía: Cabeza, Corazón y Bolsillo. Estoy convencido de este acierto, el que debe contener varios fundamentales sub componentes, como necesidad, ética, honradez, etc.; concluyendo –con respeto de mejores criterios- en que para llegar al éxito, es indispensable esta trilogía: La Cabeza, en ella agrupamos a la inteligencia, al conocimiento, al estudio y ciencia que poseemos, y que mientras más grande sea el empeño, más debe aumentar proporcionalmente. Sigue el Corazón: Aseguro que sin amor no existe nada; a todo lo que emprendemos hay que ponerle pasión y tenacidad; vitales componente espirituales de la fórmula. Y al final, el indispensable mal necesario: el Bolsillo… pero con dinero. ¿Qué se puede hacer con el Bolsillo vacío?, prácticamente nada; aunque, no importa la falta de dinero si en cambio contamos con lo que puede proveerlo y debemos cuidar sobremanera, aún cuando no esté relacionado a las actividades monetarias: El Crédito. Hay una vieja máxima: “El mejor capital, es el buen crédito”. Con él, en el Bolsillo no faltará el dinero inicial ni el de apoyo, y si se le agregan los dos componentes mencionados, ahí tienen, todo lo que se requiere para ser exitoso. Aunque de nada les servirá, si no cuenta con lo que debe producir la Asamblea Constituyente: Seguridad Jurídica que estimule y proteja la iniciativa individual. ¡Avante!
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