Ellos fueron reubicados ayer en el Coliseo de los Obreros. Los expendedores de carne y pollo también se encuentran en ese lugar. Apoyo de autoridades Alfredo Bailón, comerciante de pescado, dijo que requieren de depósitos para almacenar los desperdicios del pescado. También necesitan un espacio especial para mantener en frío el producto que sobra de la venta del día. "Si no tenemos la atención volveremos a la avenida 15, donde inicialmente fuimos reubicados", advirtió. En este lugar trabajaron hasta el domingo pero ayer los trasladaron al coliseo, precisamente para evitar que el polvo que genera la demolición del mercado les afectara y contaminara el producto. Marcos Loor, otro comerciante de pescado, señaló que el municipio debe facilitar la actividad para ofrecer un producto de calidad al cliente. "En estos momentos no podemos hacer grandes compras porque no hay donde refrigerar", señaló. Ellos piden el apoyo de la Comisaría de Servicios Públicos para que se les provea de reservorios de basura y que los desperdicios sean retirados el mismo día para evitar la contaminación por los malos olores. Legumbres Heriberto Delgado, comerciante de legumbres, dijo que sus ventas han disminuido desde la semana anterior. Esto obedece a la presencia de informales que venían rodeando el mercado y también porque el tránsito vehícular está cerrado en las calles cercanas al centro de abasto. Otros comerciantes ubicados en tiendas de los alrededores dicen no estar afectados. El municipio ha anunciado que las obras tardarán tres meses en ejecutarse.