En la ciudad existen cuatro cementerios municipales, pero el que está casi copado es el general. Según Robles, ya no hay más espacio para levantar nuevas bóvedas. El año pasado, un censo determinó que hay más de 8.000 sepultados. A las personas que tienen tumbas se les permite construir hasta 3 encima de cada 1. El funcionario señaló que en dos o tres años más, este camposanto estará colapsado. Dentro de un mes, los restos que tienen más de 15 años tendrán que ser colocados en nichos. A los familiares se les cobrará un alquiler de seis dólares por año. Robles manifestó que a pesar de que muchos deudos tienen bóvedas en los cementerios Tarqui, Eloy Alfaro y Sagrado Corazón de Jesús (Marbella), prefieren enterrarlos en el general, por lo que falta una ordenanza para descongestionar estos lugares. José Pico no comparte este posible reordenamiento, porque todos sus familiares fallecidos están en el cementerio general. Él vive en la parroquia Eloy Alfaro y dice que este camposanto está destruido. No tiene cerramiento, sólo es un campo de tierra con tumbas. Aseguró que este lugar es utilizado por delincuentes para emborracharse y drogarse. Lucía Calderón expresó que los cementerios están olvidados por parte de las autoridades. Su esposo está enterrado en el Sagrado Corazón, pero allí no hay agua, mucho menos baños. El lugar es polvoriento.