El producto de esa fusión es una situación desesperante para muchas familias de escasos recursos, que no encuentran solución a la carencia, casi absoluta, de posibilidades de sostenimiento. Y es que la falta de dinero y los precios altos que consumen rápidamente los ahorros agravan la situación general, porque ocasionan una contracción del mercado y la disminución de todos los rendimientos porque hay menos medios de pago circulando en la economía. De ese cuadro poco alentador surge, como posibilidad de alivio, el uso de los recursos públicos para la ejecución de obras con criterio selectivo, para que tengan prioridad de inversión las que más puestos de trabajo crean, las que más insumos locales requieren; pues se trata de inyectar circulante al mercado local para dinamizar los negocios y aprovechar la posibilidad de generar un efecto multiplicador en el mercado con puestos de trabajo y consumos. Afortunadamente el gobierno ha anunciado que cuenta con recursos de inversión. Lo necesario es, entonces, la localización de los proyectos que puedan ser aplicados con las características deseables y de las unidades ejecutoras que puedan proceder con agilidad. Quienes deban tomar las decisiones, necesariamente deben pensar que la situación es de verdadera crisis para muchas familias y que, sin otras salidas, seguramente desesperadas, tomarán un camino equivocado.