No tiene que ver con degustaciones gurmé de dedito alzado, no. Se trata de un punto de encuentro entre las tempranas horas de la mañana y la necesidad de servirse un bunde y estar listecitos para despacharse la jornada. La carta es corta pero suficiente: secos de pescado, pollo, hígado o carne de res, y encebollado. ¡Ah! Y platanito asáu. Para beber, café, cola o jugo. Y para completar… palillo de dientes.