El hecho que ha conmocionado a la ciudadanía de Santa Ana, por la forma como actuó el sicario, sucedió en el interior de la farmacia Santa Marianita, ubicada en las calles Horacio Hidrovo entre Francisco de P. Moreira y Eloy Alfaro, lugar céntrico de la ciudad.
Los hechos
Según se informó, Zambrano Zamora departía momentos con su familia política.
Pero el momento en que se quedó solo en la farmacia fue aprovechado por su asesino, quien se bajó de un carro Rodeo color concho de vino. Éste, con el rostro cubierto con la visera de su gorra, se acercó y le descargó los nueve tiros que dejaron sin vida a Rubén Antonio.
Las balas impactaron en su mayoría en la cabeza, además de brazos, antebrazos, axilas y abajo de la barbilla.
Sicario se
dio a la fuga
La víctima quedó tendida en una perezosa en la que descansaba, mientras su agresor salió en fuga.
La desesperación de su conviviente, suegros y cuñados invadió el lugar. Ante la impotencia de no poder hacer nada por el que ya había perdido sus signos vitales, mas bien esperaron a la Policía y el fiscal para hacer el reconocimiento de los hechos y el levantamiento del cadáver.
Profunda
tristeza
Su conviviente Elsa María Loor no podía creer lo sucedido, pues ella minutos antes había mantenido con su marido una amena conversación.
“Fue algo de minutos”, expreso entre sollozos, a la vez que pedía al personal de criminalística y policial la mayor discreción del caso; igualmente la madre y la tía del asesinado se unieron a este pedido.