“A principios de noviembre fueron hallados restos humanos en una casa de Tiumén” donde se habían reunido varios amigos, informó Timur Lvov, funcionario de la Fiscalía que investiga el caso, según la agencia Interfax. Lvov precisó que “el dueño de la casa troceó el cadáver, posteriormente lo cocinó y se lo ofreció a sus invitados, que no sospecharon nada”. De esta manera, el propietario pretendía ayudar a la presunta asesina a borrar las huellas del crimen, dijo. “Les pareció peligroso dar de comer el cadáver a los perros, por lo que decidieron quemar los huesos y servir la carne”, indicó. Algunos de los invitados se sorprendieron por el extraño sabor de la carne que, según les explicó el anfitrión, se debía a la condimentación. En Rusia, el delito de canibalismo no está contemplado en el código penal, por lo que el propietario del departamento podrá ser acusado únicamente de “complicidad en un asesinato”, indicó Lvov. El caso de canibalismo más famoso en la historia de este país es el de Andréi Chikatilo, más conocido como el “Destripador de Rostov”, asesino en serie que mató a 52 niños y mujeres, a los que descuartizó y se comió parte de sus cuerpos. Chikatilo fue condenado a la pena capital y ejecutado de un disparo en la nuca en febrero de 1994, antes del ingreso de Rusia en el Consejo de Europa y, por lo tanto, no pudo beneficiarse de la moratoria de la pena de muerte anunciada por el entonces presidente ruso, Borís Yeltsin.