Hay pocas dudas sobre el éxito de la convocatoria, ya que las mismas empresas han dado una previsión que anuncia una escasa actividad de sus servicios, con el agravante de que el paro puede ser renovado por las centrales cada veinticuatro horas, lo que crea incertidumbre en los usuarios. El primer paro, el 18 de octubre, ya fue seguido mayoritariamente y causó problemas a quienes deseaban desplazarse a su trabajo. El motivo de la protesta es la intención del Ejecutivo conservador de modificar el sistema para acceder a la pensión que tiene medio millón de asalariados de esas compañías, de manera que aumenten, de 37,5 a cuarenta años, el periodo de cotización que da derecho a una jubilación completa. El propio presidente de la República ha ratificado en Estrasburgo que llevará hasta el final sus reformas: “nada me desviará del objetivo. Esas reformas han sido aprobadas por los franceses” en las consultas electorales. El Gobierno cuenta con el respaldo de las encuestas que sugieren que la huelga no es bien vista por los ciudadanos y con la posibilidad de que un paro cause rechazo popular.