Hace pocos meses fue con los alambres de cobre del alumbrado público. Ahora es con las tapas de hierro del alcantarillado. Lo cierto es que fueron muchos cientos de metros de esos alambres tanto en Bahía de Caráquez como en Leonidas Plaza que fueron sustraídos de la red de alumbrado, dejándose a oscuras muchas calles y barrios. Esta fraudulenta operación sucedía en horas de la noche y con la rapidez del caso, por lo que se presumió siempre que en ella actuaban personas especializadas y conocedoras en el manejo de cables que en esos momentos eran portadores de electricidad. ¿Y para qué el robo? Para ser vendidos a una conocida empresa dedicada al reciclaje de diversos materiales y cuya sede no está precisamente en Bahía de Caráquez, lo que hace que periódicamente venga por acá un vehículo propio con el objeto de recopilar todo ese material inorgánico consistente en papeles, cartones y minerales. Entre estos minerales está el cobre y el hierro, que una vez ingresados a la planta son fundidos, perdiéndose así el estado original y quedando aptos para una nueva conversión. Por ello el interés en los cables del alumbrado eléctrico, causándose un enorme perjuicio a Emelmanabí y a la ciudad afectada con los robos.