Pasaron un tiempo suficiente y cuando debían retornar a sus hogares se negaron y el municipio tuvo que afrontar las consecuencias, a varios de ellos se les dio casa. En la administración del Ing. Leonel Cedeño Rosado se lo termina y desde entonces está sirviendo para el éxodo de los viajeros. Cada vez más se ha aumentado el parque automotor, hasta llegar a colapsarse; en forma recurrente se ha deteriorado, ya no puede albergar tantas cooperativas, es así que algunas han tenido que irse a otros predios. Se ha venido reclamando la desatención, la aglomeración, el desaseo y la inseguridad de quienes buscamos el servicio para trasladarnos a nuestro trabajo. Se ha creado una permanente discusión en quien debe administrar la terminal terrestre, llegando a los extremos de un gasto de dinero, sin ver los resultados; en sí, no lo adecuan bien y todo sigue igual. Pensemos en grande. Esa terminal debe ser un centro comercial para la parroquia Andrés de Vera y construir una nueva fuera de la ciudad; allí puede convocarse a los transportistas, empresarios y todo el que quiera invertir, para más tarde tener las ganancias que conllevan estas inversiones. Por qué nosotros, los portovejenses, siempre nos sentimos alegres cuando nos arreglan dos calles, nos adoquinan un parque, en cambio otras ciudades construyen grandes avenidas de más de 20 kilómetros, de muchos carriles, con árboles. En fin, cuando veo, digo por qué los portovejenses no pensamos en grande; dejemos la miopía que nos ha tenido sumidos en el retraso.