Correa aseguró que la licencia se entregó "con toda la responsabilidad del mundo" pues se "obligó" a Petrobras a cambiar su proyecto inicial de explotación del Bloque 31 para proteger el medio ambiente. Citó como ejemplo que en el nuevo proyecto, el centro de facilidad de producción, donde estarán todas las instalaciones de Petrobras, no estará dentro del Yasuní, una reserva natural situada en la Amazonía y que es considerada como sector ambiental sensible. Asimismo, dijo, se ha obligado que todo el material sea transportado por vía aérea, y se ha prohibido la construcción de puentes y muelles. También se ha destinado cerca de 800.0000 dólares para medidas de prevención con los pueblos no contactados: Taromenani y Tagaeris. Según Correa, la principal amenaza para esos pueblos no son los petroleros sino los explotadores de madera. El jefe de Estado pidió a los pobladores no dejarse manipular en estos temas por grupos interesados o por organizaciones no gubernamentales y, además, instó a dialogar y presentar propuestas alternativas para obtener recursos para obras sociales en caso de que no se explote el petróleo. "La explotación del Bloque 31 la hemos limitado solo a la parte norte, a 35 kilómetros de esa zona (intangible), que no se puede tocar", subrayó. También en el campo petrolero, este fin de semana el presidente de la empresa estatal de petróleo, Petroecuador, Carlos Pareja, anunció que hasta finales de 2007, el campo petrolífero Sacha será entregado a la petrolera estatal venezolana, PDVSA, para su explotación y operación. "La idea es entrar con nueva tecnología, con dinero, y aumentar la producción", indicó Pareja al referirse al campo Sacha, que está ahora en manos de Petroecuador. El petróleo es el principal producto de exportación de Ecuador que, con los ingresos por sus ventas, financia cerca del 35 por ciento del Presupuesto general del Estado. EFE