Angélica y su madre fueron detenidas a finales de junio y, dado que carecían de papeles, se decretó su expulsión de Bélgica, donde residen ilegalmente desde hace cuatro años. Permanecieron recluidas en un centro para indocumentados hasta el 30 de julio, cuando una orden judicial decretó su liberación pocas horas antes de que fueran enviadas a Quito. La oficina belga de Extranjería recurrió esa decisión y su vuelta al centro de detención, a la espera de que sea revisada la demanda de expulsión. Las ecuatorianas presentaron una solicitud para regularizar su situación en Bélgica, basada en su integración en el país, "los fuertes lazos entre la niña y su padre -que también reside en la capital belga de forma ilegal- y la escolarización" de la menor. Ana Cajamarca inició un proceso de divorcio en Ecuador, con la intención de casarse con su actual pareja, belga de origen colombiano, y facilitar así su regularización. La Oficina de Extranjería asegura que no hará nada para "urgir" la expulsión de Angélica y su madre, pero precisa que, si son objeto de algún control, volverán a ser enviadas a un centro de internamiento para ilegales.