Las vías como que fueran sinónimo de tragedia, pues el irrespeto y la ignorancia a la ley provocan que todos los días haya accidentes. Es evidente la ausencia de políticas en materia de seguridad vial; y, lo que más preocupa, el desconocimiento total de la mayoría de conductores de vehículos del derecho de quienes transitan a pie por esas vías que tienen que ser compartidas. La educación vial se queda en los libros y las buenas intenciones, pues no se la aplica por ningún lado; y las campañas no han dado resultados destacables, pues el irrespeto a la ley por parte de peatones y conductores es ya la rutina de todos los días. Si esta tendencia continúa se seguirá incrementando el número de muertos y heridos y su secuela social, que va desde economías colapsadas hasta hogares destruidos por la ausencia de uno o varios de sus miembros, factores negativos auspiciados por la inconsciencia de los conductores profesionales, especialmente, quienes al parecer sólo les interesa sus beneficios económicos, porque cada vez que se pretende endurecer la ley para un mejor control del libertinaje del volante, amenazan con paralizar el país, como está sucediendo en la actualidad. La Comisión de lo Civil y Penal del Congreso Nacional ha presentado para discusión en segundo debate las reformas a la Ley de Tránsito, aumentando la pena para los infractores, pero ya la clase del volante las rechaza y llama a un paro de 24 horas para el martes. Este es uno de los grandes males que obstaculizan el desarrollo del país; los intereses particulares por sobre los generales. ¡Qué importa que más cruces o corazones azules se pinten o levanten en calles y carreteras! " Si esta tendencia continúa, se seguirá incrementando el número de muertos y heridos"