Recuerdo a una preciosa niñita que cantaba el merengue colombiano “La cinta verde” (del argentino Eber Lobato y el colombiano Julio Pollero) y, en lugar de decir “Hoy enredé a tu balcón un lazo verde esperanza”, decía “…una soberbia esperanza”. Y es que es jodido mismamente repetir en cheveritú de literalidad lo que dicen las canciones.