La víctima es César Eracio Mero Chinga (63), a quien sus asesinos lo mataron de un solo tiro que se alojó en su cabeza. El hecho se registró ayer en horas de la madrugada en el sector antes indicado. Máximo Soledispa, compañero de trabajo del ahora occiso, dijo que la última vez que vio a su amigo fue a las 12 de la noche del domingo. Indicó que después él se fue a dar una ronda por el lugar, mientras que Mero Chinga decidió quedarse en un cuarto descansando. “En la mañana cuando lo vine a buscar lo encontré muerto”, dijo en medio de lágrimas. Este hecho de sangre ha puesto en duda a las autoridades policiales y familiares del fallecido. Hasta el momento se presume que él o los asesinos de Mero son personas que ingresaron a la piladora con la intención de robar, y al ver al guardia decidieron silenciarlo de un solo balazo. El cuerpo estaba tirado en el suelo en posición boca arriba con señas de haber sido golpeado. No tenía el arma ni el celular. Después de enterarse de la fatal noticia, los familiares de Mero se trasladaron al lugar del crimen, allí en medio de lágrimas vieron el cuerpo del asesinado tirado en el suelo mientras los agentes de criminalística hacían el reconocimiento de cadáver. Para desalojar la bala del cerebro de Mero, sus deudos deben practicarle la autopsia, además de que este trámite ayudará mucho en la investigación para dar con los culpables de este crimen que pone en luto a una familia mantense.