“Como todo padre voy a conversar con ella, comentar lo sucedido y (quiero) darle ánimo para que ella se restablezca de esta caída”, comentó Morla. Morla, un mecánico industrial de 55 años, no descartó permanecer en España definitivamente. Su esposa y su hija Liz Morla salieron de Ecuador hace dos y siete años, respectivamente. Por su parte, la ministra del Migrante, Lorena Escudero, quien despidió a Morla en el aeropuerto Mariscal Sucre de Quito entregó una carta al progenitor de la menor en la que expresa “el afecto del pueblo ecuatoriano que la apoya en este momento difícil”, dijo. Aclaró que el hecho violento protagonizado por el joven Sergi M. M. no representa a la totalidad de la sociedad española “que está dispuesta junto con los ecuatorianos y ecuatorianas a construir un mundo mejor”. El director de la oficina de apoyo al migrante de la cancillería, Hernán Holguín, comentó que el gobierno no descarta la posibilidad de entregar a la adolescente ecuatoriana una beca para sus estudios. El caso, considerado como un ataque racista, ha desencadenado muestras y manifestaciones públicas de rechazo tanto en Ecuador como en España.