La no fue silenciosa. A las 19h30 las primeras notas del clásico "The wall", del grupo inglés Pink Floyd, puso a cantar en un solo coro a los asistentes. Era la presentación del grupo guayaquileño Lemonpie que pese a que empezó bien, una falla de sonido lo obligó a ausentarse por media hora.
Solucionado el problema técnico, la agrupación formada por Ignacio Granja y Ernesto Estrada dejó de lado los covers y presentó sus temas inéditos.
Sale Soda Stereo
Después de una hora de espera y ante los gritos insistentes que reclamaban al legendario trío, todas las luces sobre el escenario se encendieron. Gustavo Ceratti (voz y guitarra), Zeta Bossio (bajo) y Charly Alberti (batería) finalmente estaban ahí.
“¡Viva Guayaquil, carajo!”, saludó Ceratti, el único de Soda que hablaría.
Acompañados por tres músicos, el grupo despertó la euforia y la nostalgia con temas como "Telekinesis", "Imágenes retro", "Hombre al agua", "En la ciudad de la furia", "Pícnic en el cuarto B" y "Cuando pase el temblor".
Entre las 27 canciones que se escucharon no podían faltar "Trátame suavemente", "El rito", "Sobredosis de TV", "Danza rota", "Persiana americana", "Primavera cero", "No existes" y "Un millón de años luz".
Para el tramo final, el público ecuatoriano recibió un regalo. La música dejó de sonar, y Ceratti empezó a contar a sus fanáticos que se encontró a un viejo amigo. Era nada más y nada menos que Daniel Sais, ex tecladista de la banda en la década de los ochenta. Lo presentó y enseguida lo invitó a tocar "Prófugos". Al final no podían faltar los abrazos.
Los Soda se despidieron con "Nada personal". Aunque faltaron temas como "Te hacen falta vitaminas" y "Signos". El público se fue satisfecho.
Medidas
En el interior del recinto, la Policía Nacional ubicó barreras plásticas para evitar la aglomeración de personas en el momento de abrir las puertas. También llegó una docena de caballos y más de 200 policías. En el operativo se tenía prevista la participación de 1.200 uniformados.
En las afueras del estadio se apostaron docenas de revendedores de entradas. Y comerciantes ambulantes de cerveza, cola, agua y helados. Además, se instaló una cabina telefónica en la acera.
En la terminal terrestre, los vehículos que llegaron desde la Sierra fueron los más solicitados. Wilmar Rojas, junto a cuatro amigos, salió desde Cuenca a las 05:30. Mientras que Andrea Naveda arribó a Guayaquil, desde Riobamba, a las 09:00.
La cooperativa Ecuador aumentó 20 frecuencias durante la noche del viernes y la madrugada del sábado. Lo mismo hizo Panamericana. Los vuelos aumentaron frecuencias y los que no lograron un pasaje áreo o de transporte terrestre, viajaron en sus propios vehículos.
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