La vía atraviesa sectores poblados como los barrios Miramar y La Florita; también cruza por Tarqui y el malecón. No hay señales suficientes del peligro, ni están habilitados pasos para las personas. Con frecuencia ocurren accidentes. El último, hace dos semanas, en que murió atropellado un habitante de La Florita, motivó el reclamo de los vecinos que cerraron la vía para exigir a las autoridades que gestionen lo más pronto posible la colocación de lámparas para que haya iluminación suficiente, sobre todo en las áreas en que hay viviendas cercanas. No es la primera vez que hay muertes en esta vía; sin embargo, no hay soluciones inmediatas. El Ministerio de Transporte y Obras Públicas se comprometió a iluminar la puerto-aeropuerto, pero recién ha anunciado que se lo hará con fondos disponibles para el año 2008. En un documento que se entregó a El Diario, en que figuran las obras financiadas para ese período, no consta la puerto-aeropuerto. Tampoco hay señales con la dimensión suficiente para alertar del peligro ni para que los conductores reduzcan la velocidad. Según el Departamento de Ingeniería de Tránsito del Cuarto Distrito de la Policía Nacional, los rótulos que existen en esta vía son más pequeños de los que se requieren para una avenida de seis carriles. La falta de pasos peatonales contribuye a la inseguridad. Se ha planeado la construcción de tres puentes elevados para el uso de peatones, en La Florita, Tarqui y frente al parque regenerado. Ninguno se ha hecho. Es necesario, entonces, que las instituciones acuerden la ejecución de los trabajos que faltan para hacer a la vía puerto-aeropuerto más segura.