La declaración de la menor, que llegó al juzgado de Sant Boi de Llobregat (suburbio de Barcelona) acompañada por su abogado, duró dos horas y cuarto aproximadamente. A la salida del juzgado, el abogado de la joven ecuatoriana evitó pronunciarse y el del letrado del agresor, en cambio, dijo que confiaba en la justicia. Posteriormente a la declaración, la ecuatoriana fue sometida a un reconocimiento médico por un forense, según fuentes judiciales consultadas, para conocer los alcances de la agresión y en base a estos resultados el juez se pronunciará. A las dependencias del juzgado de Sant Boi de Llobregat, cuyos alrededores y sobre todo las puertas estaban colapsadas de fotógrafos, cámaras de televisión y periodistas, también asistió el único testigo que había en el escenario del ataque racista, un joven de nacionalidad argentina. Al parecer, este joven -que se presentó espontáneamente a los Mossos d'Esquadra- no tendría papeles que le autorizaran residir legalmente en España. La joven agredida, el agresor y el testigo fueron atendidos en dependencias totalmente separadas para que no puedan tener ni siquiera contacto visual. Poco después de las 19h00, unos 300 inmigrantes de todas nacionalidades se congregaron frente a la sede de la Generalitat de Cataluña para pedir 'justicia para todos' y 'basta de racismo'. Convocados por diversas asociaciones de ecuatorianos y por la asociación SOS Racismo, la congregación bajo la lluvia de numerosos inmigrantes recogió la indignación y determinación de los extranjeros para que no avance ni el racismo ni la xenofobia. También durante la jornada, el Pleno del Parlament catalán aprobó por unanimidad una declaración de 'rechazo y condena' de los 'brotes y ataques racistas', en 'especial' la agresión contra una menor ecuatoriana, en presencia en el hemiciclo del cónsul de Ecuador, Eugenio Vázquez. En tanto, el Poder Judicial, a través del servicio de inspección del Consejo General del Poder Judicial (CPGJ) anunció que abrirá diligencias para esclarecer la actuación judicial en la agresión racista sufrida por la menor ecuatoriana. El pasado 7 de octubre, un joven español agredió a una menor ecuatoriana en un metro de Barcelona, agresión captada por un vídeo de seguridad que permitió la detención del agresor, aunque después fue puesto en libertad. La difusión a todas horas por todos los canales de televisión e internet, desató una mezcla de solidaridad con la damnificada y una alarma por el crecimiento de actitudes xenófobas y racistas entre la sociedad. El caso de la menor puso en evidencia que existen numerosos casos de xenofobia que no son denunciados, además de la indefensión de los inmigrantes ante el racismo. Cada dos días se registra una denuncia por actos xenófobos en Cataluña, según la asociación SOS Racisme, que recogió 158 casos en el 2006, de los que 89 fueron agresiones. Según una reciente encuesta realizada por la revista Tribuna Latina, un 57% de los latinoamericanos consultados consideraron que hay racismo conta los extranjeros no comunitarios en España, contra un 43% que consideró que se trata de casos aislados. 'El metro, los trenes y demás transportes públicos no son los únicos espacios donde el racismo está presente', recordó este jueves a la presidenta de la Asociación de Ecuatorianos y Amigos de extranjeros (Adeyade) y de Siete (Sindicato de inmigrantes extranjeros), Rytha Gortayre. Gortayre denunció la existencia de una 'indefensión y desinformación' de los inmigrantes ante sus derechos.