El 4 de julio del 2005 fui víctima de una conspiración fraguada en filas de los perdedores de lides electorales. Exagerados por la derrota que sufrieron como candidatos o con candidaturas a la alcaldía de Chone, y al no aceptar el histórico triunfo que me condujo por segunda vez al poder municipal, emprendieron en la destrucción del municipio e instituciones incorporando al fiscal provincial, para que me enjuiciara por actos dolosos que no cometí.