El agresor, quien quedó en libertad con cargos a la espera de un juicio, trató de justificarse diciendo que iba "muy borracho" cuando perpetró el brutal ataque que quedó registrado por las cámaras de seguridad del tren. "Iba muy borracho, no me acuerdo de casi nada. No sé lo que pasó. Cuando vas borracho, depende como vayas, no sabes lo que haces", declaró el sujeto, quien tiene antecedentes por robo con violencia. El juez que decretó la libertad del agresor lo hizo al no tener otra opción ya que la parte acusadora no pidió ninguna medida, como la prisión preventiva. El joven se ha encarado inicialmente con los medios de comunicación concentrados delante de su casa, diciéndoles groserías y acusándolos de que "la mitad de las cosas que dicen son mentiras". Por su parte, los medios españoles informaron que la menor ecuatoriana está recibiendo tratamiento psicológico tras la brutal agresión racista de la fue víctima. En tanto, la organización Movimiento contra la Intolerancia ha solicitado hoy a la Fiscalía que la agresión sea tratada como un delito al tiempo que exige la creación de una Fiscalía específica contra la xenofobia, el racismo y los delitos de odio. Esta asociación afirma que la agresión de Barcelona "es uno de los más de 4,000 casos de agresiones de este tipo que se producen en España registados en más de 200 municipios".