El agresor, Sergi Xavier M. M, identificado solo por las iniciales de sus apellidos, se quejó ante los medios de comunicación concentrados frente a la puerta de su domicilio porque "la mitad de las cosas que están diciendo son mentiras." "Ni me acuerdo casi, se me ha ido la olla (la cabeza) pero mucho", dijo el agresor al tiempo que aseguró que nunca había tenido un comportamiento similar, "ni racista ni nada".