Para disipar los sinsabores del 2020 conviene recurrir y resaltar eventos del mismo año que aportaron a la creatividad y el conocimiento. Por este motivo destacamos la publicación del libro “La expedición de Humboldt & Bonpland , en la antigua provincia de Guayaquil en Ecuador”.
Los autores, Carlos Ruales y Xavier Cornejo, trabajaron sin tregua en tiempos de pandemia para demostrar que la producción científica no se detiene. Con respaldo de las universidades San Francisco de Quito y Estatal de Guayaquil, los experimentados investigadores entregan valiosa información sobre la flora nativa de la costa ecuatoriana a inicios del siglo XIX en lo que era la extensa y colonial provincia de Guayaquil. Provincia conformada por catorce tenencias o territorios que se extendían entre Cojimíes al norte, Santa Rosa al sur, el océano Pacífico al oeste y la cordillera occidental. Importante región que mereció la atención del naturalista alemán Alexander von Humboldt.
La obra, que nos traslada al año 1803, consta de 267 páginas con ilustraciones a color divididas en cinco capítulos.
En el cuarto capítulo reseña las tenencias de Portoviejo y La Canoa, de lo que hoy es provincia de Manabí, mencionando la ubicación de sus poblados con respecto a la línea equinoccial y distancias en leguas entre los pueblos de San Gregorio de Portoviejo, Pichota, San Jerónimo de Picoasá, San Esteban de Charapotó, Chone, La Canoa, San Antonio de Tosagua, Bahía de Caráquez, San Lorenzo de Jipijapa, San Pablo de Montecristi y la ensenada de Manta.
En referencia a los árboles encontrados en las dos tenencias se incluye esta cita textual de un autor anónimo: “Los árboles silvestres que la tierra produce y cría de suyo son: algarrobos, morales, caimitos, pincaes, palosanto, sauces, laureles, guabos, guanavanos, cerezos, hobos, ciruelos”. Destacan la vainilla silvestre que perfumaba el ambiente al treparse en los árboles de los bosques. Con respecto al endemismo del ceibo se afirma que su distribución comienza en Manabí y termina en la región de Tumbes en Perú.
Entre las especies vegetales encontradas en esa época como productoras de fibras se menciona la cabuya y la mocora. La paja toquilla también consta como materia prima para la elaboración de sombreros en Jipijapa.
En tiempos difíciles es un libro para entretener a los estudiosos de la historia y la naturaleza.
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