Cuando mis amigos y yo nos reunimos para resolver todos los problemas del mundo, generalmente terminamos discutiendo sobre la corrupción. ¿Es un rasgo innato o adquirido? ¿Está incrustada en nuestra cultura o en nuestro sistema político? ¿Siempre ha sido así de mala y cómo podemos eliminarla? Me recuerda una historia apócrifa que escuché hace casi 40 años cuando estudiaba en el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Texas.
Decían que en un importante programa de posgrado en los EE.UU., dos jóvenes ingenieros pobres compartían un departamento y se hicieron buenos amigos. Cinco años después de graduarse, Ricky, el ingeniero norteamericano, invitó a su amigo sudamericano Enrique a visitarlo. Enrique se sorprendió al descubrir que Ricky vivía en una gran casa en un valle pintoresco, con piscina, dos autos nuevos en el garaje y una vista espectacular desde su sala con ventanas panorámicas. Enrique le preguntó a su amigo cómo había subido tan rápido en solo cinco años. Ricky señaló por la ventana y dijo: “¿Ves esa represa al otro lado del río?” Enrique vio la enorme represa a la distancia. Ricky se palpó el bolsillo y dijo con orgullo: “El 15% del dinero para esa obra terminó aquí”.
Cinco años después, Enrique devolvió la invitación y Ricky viajó a Sudamérica por primera vez. Se asombró al ver que Enrique vivía en una enorme hacienda cerca de un ancho río, con un lago privado, canchas de tenis, caballos y un helipuerto. “Increíble, amigo mío”, exclamó Ricky, “solías ser pobre, ¿cómo conseguiste todo esto?”
“Bueno, ¿ves ese puente sobre el río donde termina la carretera?”. Ricky miró y miró, pero no vio ningún puente. Enrique sonrió, se palmeó el bolsillo y dijo: “El 100% del dinero para ese puente terminó aquí”.
¿Cuál es el significado de esta historia, además de su chovinismo cultural? ¿Es toda la corrupción igual o hay grados y jerarquías dentro de la corrupción? Dicen: “Si votas por el menos malvado, sigues votando por un malvado”. Pero si todos los candidatos son corruptos hasta cierto punto, ¿qué hacer? ¿Vota en blanco o no vota?
Incluso si es imposible eliminar la corrupción por completo, debemos combatirla constante y enérgicamente, porque si se permite que corra desenfrenadamente, sin oposición, se produce una minoría decadente que gobierna a multitudes empobrecidas, sin seguridad en las calles, los negocios, e incluso en los hogares, no hay justicia en los tribunales y tampoco ningún lugar al que acudir en busca de respuestas, ayuda o justicia. Algo así como lo que tenemos ahora en Ecuador.