En un sentido apegado al derecho diríamos que el servicio público es toda actividad que ejerce directa e indirectamente la administración pública para satisfacer necesidades colectivas, sujeto a prestar servicios permanentes, regulares, continuos, iguales, eficientes y eficaces para satisfacer las necesidades e intereses generales.
Bajo este concepto, el servidor público debería realizar sus funciones con eficacia y calidad, poner todo su talento y responder permanentemente a las necesidades e intereses de la sociedad. En mi criterio, más allá de esa conceptualidad, el servidor público debe tener pasión por su trabajo, así como todos los seres humanos debemos tener amor por lo que hacemos. Llevo muchos años en el sector público, en algunas entidades donde he podido conocer diferentes clases de servidores: los que son felices con su actividad diaria, los de zona de confort que todo derivan olvidando que el liderazgo es predicar con el ejemplo, los desmotivados porque su talento no es reconocido y les niegan oportunidades, pero aun así encuentran su recompensa en la alegría de un usuario a quien ayudaron a obtener su trámite. A estos últimos los he visto más representados en las generaciones anteriores, a diferencia de jóvenes servidores públicos que con sobrados méritos se han preparado, llenan sus hojas de vida con los títulos obtenidos para ocupar un cargo público; pero con honrosas excepciones , los usuarios para ellos pasan a ser los números que tienen que completar para alcanzar una meta porque el sistema y los procesos de planificación así lo exigen. Olvidando tal vez que quien requiere un servicio al final del mes no será el quinientos ni el mil de la gestión por resultado, sino esa persona que se fue feliz porque no se sintió una estadística, fue el ser humano a quien impactó con una simple acción de servicio. Tal vez la tecnología y los tiempos modernos nos llevan a olvidar ponernos en el lugar del otro, ser más empáticos y sentir su necesidad como la nuestra. Considero, como dije, con excepciones, que la generación de servidores públicos actual debe desarrollar más sinergia, más empatía, más el sentir de las necesidades de los usuarios. El tener un trabajo en el cual podemos servir directamente a muchas personas, debe ser más que la oportunidad de recibir un sueldo, de presentar un cumplimiento. Por experiencia puedo decir que no hay satisfacción más grande en un trabajo que cuando ves salir a otro con la alegría de haber sido bien atendido, y luego de un tiempo lo encuentras y te dice gracias, su ayuda cambió una circunstancia de mi vida con una simple acción de servicio. Solo ahí entenderás lo que es servir.
PATRICIA LORENA RODRÍGUEZ GALARZA
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