Casi cinco años después de la gran tragedia que golpeó a todo el país pero que tuvo sus consecuencias más duras en estas dos provincias, se trata un proyecto legal con esta finalidad, cuando ya muchos negocios dejaron de existir, simplemente porque la ayuda no se dio a tiempo.

Hubo iniciativas que no llegaron, como debían, a empujar la ayuda hacia los que en realidad la requerían.

Pequeñas y medianas empresas cerraron porque el terremoto destruyó sus patrimonios y no tenían cómo presentar garantías para los préstamos, aunque el Gobierno dijo en ese entonces que habría mucho apoyo para sacar adelante a estas provincias.

Manabí ha salido adelante poco a poco, más por el esfuerzo de su gente que por la ayuda estatal; sin embargo, los estímulos fiscales, la asistencia técnica a los exportadores y la creación de infraestructura pública y vivienda digna, de ser aceptados, servirán para reivindicar la todavía ansiada ayuda.

Es de esperar que este proyecto contribuya de manera efectiva con la reactivación productiva de Manabí, pues sus habitantes todavía sufren los efectos de un evento natural y la falta de interés de los gobiernos por contribuir a la recuperación.